ZAFFARONI: “EN ARGENTINA NO HAY UN PODER JUDICIAL”

 

“Sería deprimente e inútil pasar lista de todos los derechos individuales y sociales que están siendo violados en nuestro país, en ese caso ¿a quién se le reclama? a las autoridades, por supuesto, y en última instancia se le reclama al Poder Judicial, el problema es que no tenemos, en La Argentina, un Poder Judicial” disparó el ex juez de la Corte Suprema, Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, en el marco del seminario de Doctrina Social de la Iglesia San Pablo VI, llevado a cabo en la Curia diocesana de Merlo-Moreno, la semana pasada.

Abrió la jornada el Obispo Juan José Chaparro, quien presentó al expositor agradeciendo su participación como disertante.

Invitado por el equipo diocesano de Pastoral Social, organizador del seminario, Zaffaroni disertó sobre Poder Judicial, democracia y realidad social.

Al desarrollar su tajante afirmación Zaffaroni afirmó que “tenemos una magistratura, pero es un Poder Judicial? – se preguntó- claramente no!. Fundamentó su conclusión, recordando que, “desde el punto de vista del derecho constitucional comparado, esto no pasa en América, no pasa en Estados Unidos, no pasa en Europa, esto pasa aquí solamente”.

Luego de hacer un largo recorrido histórico sobre cómo se fue organizando la justicia en Europa y EEUU y sus respectivas formas de funcionamiento, volvió a la justicia argentina: “tenemos un sistema difuso, cuando un juez declara inconstitucional una ley, el caso llega a la corte suprema, la Corte decide la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la misma y si la declara inconstitucional qué sucede? : simplemente no se aplica en el caso de la pobre persona que se pasó años esperando una definición y nada más, después cada juez sigue considerando lo que quiere y lo que le parece, hay muchos ejemplos: se ha declarado dos veces la inconstitucionalidad de la ley sobre la tenencia de marihuana para consumo personal, sin embargo –en ese tema-  cada juez sigue haciendo lo que le da la gana, se allana, se secuestra…y? algunos dicen que lo resuelto por la Corte tiene valor moral, no es así, tiene valor jurídico! ¿Tenemos control de constitucionalidad?.

“Pero existe otro problema –agregó- tenemos códigos únicos para todo el país, a diferencia de EEUU que tiene códigos provinciales, pero tenemos 24 posibles interpretaciones diferentes (una por cada provincia, además de la federal). Es decir, nunca sabemos lo que va a resolver un tribunal, no hay una jurisprudencia sentada, no sé para qué citamos jurisprudencias, porque no tenemos jurisprudencia unificada (vamos a encontrar desde genialidades hasta estupideces) no tenemos doctrina unificada. Por eso los abogados les dicen a sus clientes vamos a hacer lo posible, porque nadie puede garantizar un resultado, nunca sabemos qué puede surgir en una causa. Es decir, vivimos en un país donde un contrato puede ser válido acá y si cruzo la Av. general Paz podría ser nulo. De un lado del puente un sujeto puede ser condenado como delincuente y del otro lado del puente, por la misma conducta, a otro sujeto pueden estar dándole una medalla considerándolo un héroe nacional. No hay nadie que unifique la doctrina, no hay nadie que unifique jurisprudencia. Es decir, no tenemos un control eficaz de constitucionalidad, ni una casación nacional que nos permita saber lo que, en definitiva, la jurisprudencia dice y cómo van a resolver el caso”

También compartió sus charlas con el Papa Francisco sobre éste tema y reconoció la profunda preocupación que esto le genera a su Santidad, razón por la cual Francisco “ha convocado a jueces de toda América, después de esa reunión se creó una comisión que ya tuvo una segunda reunión con el Papa, esa Comisión próximamente se va a reunir en Catamarca, están abriendo filiales en Paraguay, en Uruguay, entre otros países. Sí, conoce perfectamente la situación judicial en la región y está muy preocupado. La primera reunión, donde nació esta organización, la cerró él con un discurso denunciando el lawfare”

“Todos los poderes judiciales del mundo cumplen tres funciones –amplió Zaffaroni-: supremacía de la constitución; Casación, unificación de criterios y el servicio de justicia, es decir resolver los casos conflictivos que les planteamos los ciudadanos. Bueno, el primero no lo tenemos (falla por todos lados),  el segundo tampoco y el tercero también falla, porque ninguno de nosotros puede estar seguro de que no nos salgan con una creación insólita o de que no nos apliquen una ley inconstitucional, entonces ¿es esto un poder judicial?, rotundamente No! es una magistratura, pero poder judicial no. Entonces qué hace nuestra Corte Suprema? (la cúpula de esta magistratura) Resuelve inconstitucionalidades, tiene pocos casos (100/150). Pero además se ha cargado con un trabajo que es equivalente al de la casación, pero que no es casación, también se le ocurrió (ya hace varios años) que es competente para anular toda sentencia arbitraria, como nadie sabe cuándo una sentencia es arbitraria, (normalmente es cuando no me gusta o perdí) todos los abogados tratan de llegar a la Corte, en masa, para ver si, en una de esas…la cuestión es que la Corte rechaza el 95/97 por ciento de esos casos (apelando al art. 280 del Código de Procedimiento Civil), con lo cual nuestra Corte firma 19.000 resoluciones por año, una cada 20 minutos, sábados y domingos y sin dormir, naturalmente que esto es una ficción, no sólo es una ficción por tiempo, por capacidad de trabajo, no, es una ficción por el conocimiento de la materia, no hay nadie que conozca absolutamente todas las ramas del derecho, es imposible, lo que sucede es que hay un equipo de gente que redacta y los jueces firman, en general, sin saber lo qué están firmando, esa es la realidad de los hechos, salvo las causas trascendentes que sí le prestan atención”.

La Corte de Casación francesa tiene 120 magistrados, la italiana tiene 64 magistrados, el Tribunal Supremo de España tiene 60 o más. Acá son cuatro, único caso en el mundo, no hay ningún tribunal supremo en el mundo con cuatro jueces y dentro de un mes van a ser tres creo. Esa es la estructura que tiene nuestra magistratura. Así se trabaja. Siempre fue así? No, en algún momento hubo gente un poco más racional. Cuando uno proyecta una institución no tiene que pensar que va a haber siempre gente racional, tiene que pensar que, en algún momento, pueden llegar los irracionales… y llegaron. Esta es la situación actual, esto es un poder judicial?, no, insisto, esto es una magistratura, al poder judicial habría que construirlo, pero como todo diluvio pasa, el poder político también. Entonces debemos pensar qué vamos a hacer después. Se puede construir un poder judicial en la Argentina? Sí, claro que se puede, es posible, y para eso no es necesario reformar la constitución”.

“Es oportuno recordar que la constitución de 1853 establecía una corte suprema de siete jueces para un país de 2 millones y medio de habitantes, hoy tenemos casi 50 millones y son cuatro”

 “Debemos abrir un debate que no está abierto y no sólo no está abierto por lo político, tampoco está abierto en la academia. Necesitamos un poder judicial que nos garantice que nadie pueda inventar cualquier cosa en cualquier causa contra cualquier ciudadano. Desgraciadamente los defectos institucionales no se verifican hasta la hora en que llegan los peores”.

“No vamos a tener ninguna eficacia en nuestros derechos, por más que los tengamos vigentes en la ley, si no hay un poder judicial ante el cual reclamarlos”

Finalizó advirtiendo que “el principio esencial de una gobierno republicano es que todos los actos de gobierno deben ser racionales, tienen que ser explicables y no es explicable que un contrato valga acá y allá no, con la misma ley, no es explicable que una persona sea delincuente acá y allá no, con la misma ley, es una violación flagrante al principio de racionalidad derivado del principio republicano de gobierno”.

Cerró la jornada el Obispo Auxiliar, Padre Oscar agradeciendo a la Pastoral Social diocesana por la organización del seminario, afirmando que “es una época en que necesitamos espacios de resistencia, espacios que nos iluminen y nos ayuden a descubrir por donde ir como pueblo, porque no es bueno andar dispersos en tiempos de oscuridad, como el que estamos atravesando, no queremos esto que está pasando para nuestra gente, la vida y la dignidad de las personas están en riesgo, por eso debemos compartir todos los espacios posibles”

                                                                                                                      Mario Barboza

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